Comunidad del futuro

Muchas historias de mujeres empiezan a tomar relieve a causa de pérdidas o decepciones. Como la inspiradora trayectoria de Rut y Noemí, también la nuestra toma fuerza al tener que dejar una comunidad que nos había ilusionado desde nuestra juventud y empoderado a muchos niveles, para, fieles a nuestra conciencia “ponernos en camino dejando lo mortecino enterrado, para seguir esa profunda intuición de mujeres desinstaladas cuyo único faro es la Ruah”.

Ni qué decir de lo duro de esa soledad haciendo camino con la única calidez diaria del fueguito interior que filtra los sinsabores y los espejismos.

Nuestra historia es larga e intensa y muy desinstalada, y en mitad de otra fuerte decepción descubrimos la existencia de SFCC, desde nuestro punto de vista, la comunidad del futuro.

Corría el año 1970 y la hermana L. Kopp regresaba de haber sido auditora en las sesiones del Concilio Vaticano II con el…